Un proyecto de CESCOS
El secretario de estado Anthony Blinken ha reaccionado con la fuerza necesaria ante la intolerable acción del dictador bielorruso Alexander Lukashenko. El líder bielorruso juega con fuego porque, al menos hasta ahora, la Unión Europea lo ha dejado. La crónica es insólita y refleja una nueva forma de autoritarismo que tiene distintas ramificaciones. Un vuelo de la empresa Ryanair (una aerolínea “low-cost”, de origen irlandés) se dirigía de Atenas a Vilmus (capital de Lituania, país báltico que forma parte de la Unión Europea). Cuando se encontraba en el espacio aéreo de Bielorrusia el operador de vuelo le informó al piloto que había “a potential security threat on board” (una amenaza de bomba, obviamente generada por el propio régimen) y que debía aterrizar en Minsk, la capital del país. En forma amenazante, el propio presidente ordenó enviar un MiG-29 para escoltar a un avión de pasajeros.