A más de 20 años de la incorporación de China a la OMC, este informe realizado en colaboración con la Fundación Disenso analiza lo ocurrido a lo largo de los años y las consecuencias de esta decisión.

Con su ingreso, se apostó a que, a través del comercio, se diera también un intercambio institucional. Así, cuando el país lograra cierto grado de ingreso, la propia sociedad comenzaría a demandar libertades políticas y civiles donde eventualmente el régimen cedería.

Sin embargo, lo que muchos actores fallaron en comprender es que el gigante asiático es un régimen dictatorial, y como tal, las dictaduras no suelen respetar las reglas y actúan a su voluntad. De tal forma, terminó ocurriendo todo lo contrario.

Mientras China crecía y se convertía en la potencia que es hoy, el resto de las democracias liberales comenzaron un proceso de desgaste que genera preocupación. La entrada a la OMC terminó sirviendo de validación del modelo chino con el mundo.

Tal ha sido el fracaso, que hoy en día el gigante asiático tampoco respeta las reglas que prometió obedecer para formar parte de la OMC generando cuestionamientos tanto de las organizaciones internacionales como de las élites políticas y económicas.